A la par de la criptozoología, la  ufología va ganando terreno en esta época contemporánea; a pesar de que  se consideran pseudociencias, son inquietantes para los científicos,  quienes tratan de averiguar que motiva a las personas en este tipo de  cosas. Uno de los temas más estudiados de la ufología, son las  abducciones, que según el diccionario de la RAE es: “El SUPUESTO  secuestro de seres humanos llevado a cabo por criaturas extraterrestres  con el objeto de someterlos a experimentos diversos en el interior de  sus naves espaciales”. A pesar de que el empleo de la palabra supuesto  deja en claro que no se está tomando por hecho ninguno de estos relatos,  la sola incorporación de este vocablo demuestra la relevancia que están  tomando estos sucesos en la actualidad.
Pues bien, estas experiencias tienen su origen en los avistamientos de  OVNIs y naves espaciales o platillos voladores; que no son lo mismo, ya  que OVNI es cualquier objeto que a simple vista no se puede identificar,  mientras que al decir “platillo volador” se está demostrando que este  objeto ya fue identificado.
De los avistamientos se tienen antecedentes en épocas remotas de la  humanidad. Por ejemplo, existe un texto redactado alrededor del año 1450  a.C. bajo el reinado del faraón Tutmosis III el cual menciona la  aparición en Egipto de un misterioso conjunto de círculos de fuego más  brillantes que el sol, durante varios días.
Casos como este se dieron alrededor de todo el globo.
Según el científico J. Allen Hynek, quien propuso la clasificación más  aceptada, los encuentros se dividen en cinco tipos:
*Primer tipo: Avistamientos de Objetos [OVNIs] que no pueden ser  atribuidos a la ingeniería humana
*Segundo tipo: Es la observación de  la evidencia física de una visita extraterrestre a nuestro planeta [por  ejemplo, los cropcircles]
*Tercer tipo: consiste en ver uno o  más ocupantes de naves extraterrestres [caso Flatwoods]
*Cuarto tipo: Abarca las abducciones  de seres humanos [casos Villas Boas y Hill]
*Quinto tipo: Se trata de contactos  con entidades extraterrestres establecidos de forma voluntaria y  proactiva con/por los seres humanos.
Los primeros reportes de abducciones son tan recientes como los  avistamientos de platillos voladores y van a la par de la ciencia  ficción, lo que los hace poco creíbles. La descripción de objetos  desconocidos que surcan el cielo parecía insuficiente para mantener vivo  el interés de las masas, ávidas de temas y hechos sensacionalistas.
Fueron dos los casos que, en la década de 1950, marcaron rutas para la  imaginación colectiva y el reporte de las abducciones:
Caso Villas Boas:
Antonio Villas Boas era un joven agricultor de 23 años que vivía en Sn  Francisco de Sales, Brasil. Solía realizar sus actividades en el campo  para evitar el calor del día. La noche del 16 de octubre de 1957 vio  aparecer una estrella roja que poco a poco se fue acercando hacia él  hasta distinguirse como una nave con una luz al frente y una cúpula  rotatoria en la parte superior. Mientras bajaba, desplegó un tren de  aterrizaje semejante a largas articulaciones mecánicas. Villas boas  intentó huir en su tractor, pero no llegó muy lejos,  por lo que decidió  ir a pie. Se sorprendió mucho cuando un humanoide le cerró el paso.  Medía un metro y medio e iba vestido de gris. Tenía ojos azules y  hablaba empleando ladridos cortos y agudos. Varios más como él se  aproximaron a la escena y lo obligaron a entrar en la nave. Cuando se  hallaba en el interior, lo desnudaron y cubrieron su cuerpo con una  extraña jalea. Fue conducido a una sala semicircular en cuya puerta  habían trazado algunos caracteres de misterioso significado. Tras  tomarle muestras de sangre mediante una incisión en la barbilla fue  llevado a una habitación contigua donde liberaron un gas que le provocó  gran malestar. Entonces hizo su entrada un humanoide de sexo femenino,  por completo desnuda y muy atractiva. Su cabello era rubio, pero sus  axilas y genitales se hallaban cubiertos de espeso vello rojo. El  campesino se sintió muy   excitado y tuvieron relaciones sexuales.  Durante el coito ella le mordisqueaba la cara, daba atrevidos  lengüetazos y ladraba como perro pequeño. Al parecer el objetivo de la  abducción era que la mujer quedara embarazada. Por eso, una vez  alcanzado el orgasmo le devolvieron su ropa y lo condujeron a la salida  de la nave sin permitirle que tomara alguna muestra material de su  estancia en ella. En cuanto descendió, el transporte se preparó para  despegar y se elevó por el cielo emitiendo la misma luz brillante que al  principio había sorprendido al labrador. Cuando este llego a su casa,  supo que habían transcurrido unas cinco horas. En los días siguientes  Boas sintió un intenso malestar [lesiones cutáneas, nauseas, mareos,  pequeños nódulos en diversas regiones del cuerpo] y acudió a consulta  médica. Los especialistas concluyeron que había sido sometido a algún  tipo de radiación. Narró una y otra vez la historia de lo acontecido y  ofreció una versión impresa a inicios de los sesenta. Vivió hasta 1992 y  siguió dando la misma versión de los hechos, sin presentar muestras de  algún trastorno mental.
El caso Villas Boas solo se conoció en su país y no alcanzo divulgación  internacional, hasta algunos años después, cuando comenzó una verdadera  fiebre por las historias de este tipo a partir del famoso caso de las  abducciones Hill. Este abre la gran tradición narrativa de eventos que  podríamos clasificar como de la literatura oral.
El caso del matrimonio Hill:
Betty y Barney Hill era una pareja residente en Portsmouth, new  Hampshire. El trabajaba como empleado postal y ella con las comunidades  pobres. Cuenta la historia que por la tarde del 19 de septiembre de  1961, viajaban en auto con destino a Quebec, donde pensaban pasar unas  vacaciones. Cerca de la carretera vieron un brillante punto de luz que  se proyectaba hacia el suelo. Con un par de binoculares que traían,  descubrieron que se trataba de un platillo volador, que termino por  aterrizar a unos metros de ellos. Por las ventanas asomaba una decena de  peculiares criaturas que descendieron y le sindicaron permanecer en el  sitio donde estaban, intentaron acelerar la marcha del automóvil,  comenzaron a escuchar extraños sonidos y el vehículo empezó a vibrar  intensamente. Aunque sintieron mareo y fatiga, siguieron avanzando, y de  alguna forma pudieron llegar a su casa. Una vez en su domicilio, solo  recordaban fragmentos de lo que les había ocurrido mientras descubrían  inquietantes detalles en sus pertenencias. El vestido de ella se hallaba  rasgado en algunas partes y lo cubría un fino polvo de color rosa. La  correa de los binoculares estaba rota, aunque ninguno de los dos  recordaba haberla rasgado. A los pocos días decidieron comunicarse con  las autoridades militares para narrarles su encuentro con el platillo  volador. A las dos semanas del encuentro con la nave, la señora Hill  comenzó a tener pesadillas recurrentes relacionadas con los hechos en  las que aparecían pasajes que ella no recordaba en su experiencia  diurna. A partir de noviembre de 1961 empezó a escribir los detalles de  lo que había ocurrido e iba recordando en sueños. Dos hombrecillos  uniformados de curiosa cabeza los habían conducido al interior de la  nave. Una vez adentro, fueron separados y ella quedó al cuidado de un  investigador quien le informo que iba a realizar algunas pruebas para  estudiar las diferencias entre androides y humanos. La revisión  transcurrió como un examen médico normal, y el imaginario científico  tomo muestras de su cabello, piel y uñas. Tras desnudarla introdujo en  su cuerpo una larga aguja, según ella para hacerle una prueba de  embarazo, luego trato inútilmente de sacarle un diente. Cuando las  pruebas terminaron, ella solicito llevar consigo alguna evidencia de su  encuentro, y eligió un libro en el que aparecían extraños signos en un  lenguaje desconocido. La oposición de otros miembros del grupo  alienígena le impidió conservarla. Tras reunirse de nuevo con su marido,  que había sido sometido a exámenes semejantes, fueron llevados al  interior de la nave. De alguna manera se bloqueó su recuerdo de los  hechos y la pareja, de nuevo en su automóvil, retomó el camino a casa  como si nada. La historia se iba enriqueciendo con nuevos elementos. Las  autoridades militares realizaron entrevistas relacionadas con los  hechos. En marzo de 1962 los Hill acudieron al consultorio de algunos  psiquiatras que buscaban saber si el matrimonio solo era víctima del  curioso padecimiento conocido como folie á deux [locura de dos], en el  que dos personas muy cercanas entre sí comparten los síntomas de la   misma psicosis. A partir de 1964 ambos fueron sometidos a sesiones  hipnóticas a cargo del doctor Benjamin Simon, de Boston, su conclusión  fue que los recuerdos eran una fantasía y el matrimonio sufría una  ‘aberración mental’. Su historia recibió atención en los medios de  comunicación y se generaron varios debates debido a su autenticidad.  Algunos la calificaron de fraude; otros hallaron inquietantes semejanzas  entre el episodio y algunos programas de ciencia ficción trasmitidos  por la televisión. Barney murió en 1969, Betty vivió hasta 2004 y  siempre sostuvo la veracidad de su relato. Lo interesante fue que la  historia de los Hill se convirtió en el fundamento de cientos de  narraciones semejantes y en un caso central para quienes defienden la  realidad de las abducciones.
Thomas E. Bullard, especialista estadounidense en los relatos  folclóricos y las leyendas urbanas realizo un análisis comparativo de  trescientos relatos de abducciones para diferenciar su patrón común.
Publicó  sus resultados en el libro UFO Abductions: The Measure of a Mystery. Su  mayor aportación fue trazar una radiografía de esta fórmula narrativa.  De acuerdo con sus conclusiones, estos son los pasos que sigue toda  historia de abducciones:
1 los protagonistas son capturados por una nave tripulada por extraños  seres
2 son sometidos a un reconocimiento físico
3 los extraterrestres conversan con ellos
4 en ocasiones, les permiten recorrer la nave y admirar sus  características
5 los abducidos pierden la noción del tiempo por una especie de bloqueo  mental
6 los secuestrados regresan a la Tierra, por lo general al punto donde  fueron subidos
7 pueden vivir una profunda experiencia mística [teofanía] y de ella  comprender el sentido de la vida humana
8 presentan secuelas poco tiempo después del rapto [malestares,  pesadillas e inquietud]
El profesor John Edward Mack, de la universidad de Harvard, agrega otros  elementos: los protagonistas aseguran que les fue implantado algún  dispositivo tecnológico por los extraterrestres o que fueron objeto de  abuso sexual.
Los detalles y las características varían, pero el esquema es el mismo.
Está claro que ningún reporte de abducciones ha sido realmente  comprobado, y que todo lo que se dice sobre estas es mera especulación.
¿Qué  utilidad podemos obtener de este fenómeno y su estudio? Según Susan A.  Clancy, autora del libro Abducted: Hoy People Came to Believe They Were  Kidnaped by Aliens, los testimonios pueden servirnos en la indagación de  los factores que coinciden para que las personas lleguen a creer en  cosas así, como desarrollan esas creencias y para que propósitos les  sirven. La explicación científica convencional [en la que se argumenta  que quienes creen en eso ignoran los fundamentos de la ciencia o son  incapaces de razonar con lógica] le parece insuficiente. De la misma  forma, piensa que reírnos de quienes creen en las abducciones o  juzgarlos como personas incultas tampoco basta, pues la orientación que  sus figuraciones tienen es demasiado especifica como para situarla en el  mismo compartimiento de todas las falsas nociones y las ideas absurdas.  Después de entrevistar a decenas de personas que reportaron haber  vivido experiencias como ésas, su conclusión es que la gran mayoría  presenta una personalidad esquizofrénica, caracterizada por una  inclinación al pensamiento mágico y a la fantasía. Por otra parte,  sostiene que, como ocurría con las viejas creencias religiosas, en el  seno de las abducciones se encuentra la voluntad de dar sentido a una  vida que parece cada vez más difícil y más vacía. La creencia en ellas,  asegura la autora, aporta “las mismas cosas que millones de personas de  todo el mundo buscan en sus religiones: sentido, confianza, revelación  mística, espiritualidad, transformación”. De esta manera, como  escapatoria del vacío existencial, el fenómeno de las abducciones en un  formidable objeto de estudio para las ciencias de la conducta. Hoy estas  se mantienen activas para distinguir y explicar los elementos  profundamente humanos que han dado forma a los casos de secuestros  extraterrestres.
Bibliografía/Fuentes
Diccionario  de la RAE [Abducción]
Secretos  de las Abducciones. Revista MUY Interesante, Abril 2008. Editorial  Televisa. Rafael Muñoz Saldaña
Posteriormente subiré el caso Flatwoods
 
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